1. General Porfirio Díaz

Porfirio Díaz nació en la ciudad de Oaxaca en 1830. Al morir su padre y quebrar el mesón de su familia, Porfirio tuvo que trabajar como zapatero, carpintero y armero hasta que fue aceptado para estudiar en el Seminario Conciliar.
Al estallar la guerra contra Estados Unidos en 1846, comienza su vida militar al alistarse en la guardia nacional. Al año siguiente le dio clases de latín al hijo del abogado liberal Marcos Pérez, quien lo impulsó a abandonar la carrera sacerdotal para que ingresara al Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca. A los 19 años ya era auxiliar de la cátedra de latín y trabajaba como bibliotecario. Fue alumno de Benito Juárez, y al igual que el entonces gobernador del estado, se sintió atraído por las ideas liberales y anticlericales.
Díaz empezó su carrera militar como humilde capitán de voluntarios y la terminó como general de división. Es reconocido como uno de los mayores caudillos de los ejércitos de la República, solo por debajo de Mariano Escobedo. Se distinguió en la Guerra de Reforma, y para 1861 era ya general de brigada, pero su popularidad se hizo enorme por el papel clave que jugó en la victoria contra los franceses en la Batalla de Puebla el 5 de mayo de 1862.
Desde su destacada participación en la defensa de la Segunda Intervención Francesa (1862-1867), Porfirio Díaz adquirió simpatía entre la población y su promesa de defender a toda costa la soberanía del país le dio la credibilidad suficiente para confiar en él.
Al terminar la guerra, el congreso del estado de Oaxaca le cedió la hacienda de La Noria y el general Porfirio Díaz se retiró de la vida pública. Pero después de que Benito Juárez fuera reelegido en 1871, Díaz volvió a la esfera política lanzando el Plan de La Noria, alegando que la elección había sido fraudulenta y exigiendo: «Sufragio efectivo; No reelección», pero fracasó en su intento de derrocar al presidente. A la muerte de Juárez en 1872, el presidente de la Suprema Corte, Sebastián Lerdo de Tejada, fue nombrado presidente del país y Díaz lo toleró, pero justo antes de las elecciones de 1876 se rebeló con el Plan de Tuxtepec, exigiendo nuevamente la no reelección. Esta vez su rebelión tuvo éxito y se convirtió en presidente el 23 de noviembre de 1876, manteniéndose en el poder hasta el 30 de noviembre de 1880. Durante este periodo dio confianza a los inversionistas estadounidenses y restableció relaciones con las potencias europeas, con lo que ganó prestigio.
Manuel González fue elegido presidente para los próximos cuatro años, mientras que Díaz ejerció de Ministro de Desarrollo y gobernador de Oaxaca. Con el renombre que había ganado, en 1884 Porfirio Díaz regresó a la presidencia y no la abandonó hasta 1911.
A partir de 1900, el régimen porfirista empezó a deteriorarse debido a la avanzada edad del presidente, y a la creciente suma de conflictos sociales que su gobierno provocaba. Finalmente, la guerra de guerrillas en el sur y las derrotas militares en el norte, contribuyeron al derrocamiento de Díaz, quien dimitió el 25 de mayo. Poco después se fue a París, donde murió en 1915.
Las revoluciones son el resultado del desgaste social causado por gobiernos que ignoran las demandas de la población.
Descubre por qué, a pesar de haber pacificado al país, la forma de gobernar de Don Porfirio propició la Revolución Mexicana.